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Archive for julio 2013

Curiosidades: Lewis Carroll

By : Unknown

- Lewis venía de una familia de la alta sociedad. La mayoría de sus antepasados gozaron de puestos muy respetables en esa época, como por ejemplo comandando el ejército (uno de sus abuelos fue un capitán, muerto en combate) o formando parte de la Iglesia (su bisabuelo fue obispo). Mismamente, su padre fue párroco rural y llegó a ser el principal sacerdote de varias localidades. 

- Como ocurre con muchos otros grandes escritores, Lewis fue un apasionado de la lectura desde que era muy pequeño. Gracias a la extensa colección de títulos que poseía su familia, pudo desarrollar su capacidad intelectual desde muy joven, llegando a leer con sólo 7 años obras extensas y grandes clásicos, como "El progreso del peregrino". 

- Una leyenda sobre el Carroll dice que de pequeño fue obligado a escribir con la mano derecha, a pesar de que él era zurdo de nacimiento. Esta historia no está confirmada, pero sí que se sospecha que fuera obligado a renunciar a su zurdera. Pero ese no fue el único problema que tuvo en su infancia. Se sabe (ahora sí con seguridad) que sufrió tartamudeos, los cuales le durarían toda la vida, y que padeció de sordera en el oído derecho. 

- En los estudios, no se decantó por la literatura, sino por las matemáticas. Lo cierto es que era un joven bastante vago, y sus profesores siempre se quejaban de que se distraía mucho (llegó a perder una beca por culpa de esta pereza innata). Sin embargo, era maravilloso y tenía grandes habilidades como matemático. De hecho, acabó dando clases como profesor de matemáticas durante 26 años (trabajo que conbinaría con el de diácono). Sus profesor decían de su talento: 

"No he conocido a un chico más prometedor desde que estoy en Rugby [Una escuela privada]" 

- A pesar de que las matemáticas se convirtieron en su trabajo (además de profesor, llegó a publicar libros matemáticos y se interesó mucho por la geometría y las paradojas), Lewis desarrolló muchas más aficiones. Entre ellas, estaba la fotografía. Con 24 años empezó a hacer fotos buscando en ellas la belleza, ya que para él representaba la perfección física, moral y estética. En especial, se aficionó a fotografiar niñas pequeñas, las cuales componen la mayor parte de su colección. Para cuando dejó la fotografía, se cree que había hecho un total de 3000 fotos. Podéis ver una estupenda colección de fotos de Lewis en aquí. 

- Pero, si por algo le estamos dedicando esta entrada a Carroll, es por su aportación a la literatura. Y es que escribir fue su otra gran pasión. Al principio, cuando comenzó a escribir, su obra no fue muy reconocida. Escribía poemas y cuentos humorísticos, pero ninguno alcanzó el éxito. De hecho, el propio Carroll fue muy crítico con su obra y dijo: 

"No creo haber escrito todavía nada digno de una verdadera publicación, pero no desespero de hacerlo algún día" 

- Una de las anécdotas más importantes de este personaje es que en realidad no se llamaba "Lewis Carroll". Ese nombre fue sólo un pseudónimo para publicar su primera obra literaria ("En realidad, él se llamaba Charles Lutwidge Dodgson. Para crear el pseudónimo, tomó su nombre y primer apellido, "Charles Lutwidge", y lo transformó al latín, dando como resultado "Ludovicus Carolus". De nuevo, tomó el nombre latino y lo adaptó otra vez al inglés, dando como resultado el Lewis Carroll que todos conocemos. 

- El origen de su mejor obra, Alicia en el país de las maravillas, fue algo bastante espontáneo. Por aquella época, Lewis se hizo muy amigo de las tres hijas de un colega suyo. Las llevaba de picnic, se montaban en balsas... Cierto día, mientras estaban navegando por el Támesis, Lewis improvisó una historia para entretener a las niñas. A ellas les gustó tanto, que le pidieron una copia escrita para poder volverla a oír. Tras una noche de escritura continua, les regaló lo que él titularía como "Las aventuras subterráneas de Alicia". La obra tuvo tanto éxito entre los que la leyeron, que unos meses más tarde Lewis la adaptó y remodeló para publicarla oficialmente, creando el libro conocido como "Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas", su primer gran éxito comercial. Las tres chicas que incentivaron esta creación relataron así la historia: 

"Muchos de los cuentos del Sr. Dodgson nos fueron contados en nuestras excursiones por el río, cerca de Oxford. Me parece que el principio de "Alicia" nos fue relatado en una tarde de verano en la que el sol era tan ardiente, que habíamos desembarcado en unas praderas situadas corriente abajo del río y habíamos abandonado el bote para refugiarnos a la sombra de un almiar recientemente formado. Allí, las tres repetimos nuestra vieja solicitud: cuéntenos una historia, y así comenzó su relato, siempre delicioso. Algunas veces para mortificarnos o porque realmente estaba cansado, el Sr. Dodgson se detenía repentinamente diciéndonos: esto es todo, hasta la próxima vez; ¡ah, pero ésta es la próxima vez!, exclamábamos las tres al mismo tiempo, y después de varias tentativas para persuadirlo, la narración se reanudaba nuevamente" 

- Lewis también fue todo un experto en fabricar inventos y pequeños mecanismos. Por ejemplo, una de las mayores incomodidades de Lewis era tener que levantarse a media noche para escribir las ideas que le vinieran en la cama. Para evitar perder ideas y tener que encender velas y romper su sueño al mismo tiempo, creó una especie de plantilla con un alfabeto. De esta forma, podía escribir en la oscuridad y dentro de su propia cama, logrando así captar sus ideas y seguir durmiendo después. Se mostró muy orgulloso de este invento y muchos otros más que creó (un dispositivo para ajustar los márgenes en una máquina de escribir, un dispositivo para ayudar a los inválidos a leer en la cama...), llegando a hablar en numerosas revistas de ellos. 

- También inventó muchos juegos basados en el lenguaje. Por ejemplo, trabajó en una versión simplificada de lo que hoy conocemos como Scrabble. También se le atribuye la creación de un juego llamado "Escalera de palabras", el cual consiste en tomar una palabra existente e ir cambiando sus letras una a una para formar otra palabra existente. Una demostración de este último juego sería así: Casa-->Cosa-->Coso-->Cojo-->Rojo. El único objetivo es que la primera palabra y la última sean reales, las intermedias pueden ser inventadas. 

- Según iba envejeciendo, la vida de Lewis Carroll fue cada vez menos famosa. En primer lugar, se cree que autodestruyó gran parte de su obra fotográfica, ya que muchos le acusaron de tener tendencias pedófilas. Muchos de los retratos de niñas que hizo fueron destruidas por él mismo y, de las 3000 fotografías que tomó, a día de hoy apenas tenemos menos de 1000. Aún así, sigue siendo recordado como uno de los mayores fotógrafos de su época. 

- Una de sus mayores problemas fue que le diagnosticaron epilepsia, una enfermedad crónica que, en esa época, se veía bastante mal y se trataba con cierto rechazo a los que la poseían. En realidad, no se llegó a saber si era crónica, a pesar de que su médico lo dijera. Según se cree, solamente sufrió dos ataques, no se ha encontrado ningún registró más. 

- Finalmente, Lewis moriría con 65-66 años a causa de una neumonía en casa de sus hermanas. Los últimos años de su vida habían sido de escaso movimiento creativo y solía mantenerse del dinero que habían generado sus anteriores obras. Su última novela, Silvia y Bruno, fue de escaso éxito en su época y no le otorgó demasiados beneficios. 

Biografías: Anton Chejov

By : Unknown

Dramaturgo y autor de relatos ruso, es una de las figuras más destacadas de la literatura rusa. Hijo de un comerciante que había nacido siervo, Chéjov nació el 29 de enero de 1860 en Taganrog, y estudió medicina en la Universidad Estatal de Moscú. Mientras todavía estaba en la universidad publicó relatos y escenas humorísticas en revistas. Casi no ejerció la medicina debido a su éxito como escritor y porque padecía tuberculosis, en aquel tiempo una enfermedad incurable. La primera colección de sus escritos humorísticos, Relatos de Motley, apareció en 1886, y su primera obra de teatro, Ivanov, se estrenó en Moscú al año siguiente. En 1890 Chéjov visitó la colonia penitenciaria de la isla de Sajalín, en la costa de Siberia, para escapar de las inquietudes de la vida del intelectual urbano, y posteriormente escribió La isla de Sajalín (1891-1893), un relato de su visita. La frágil salud de Chéjov le llevó a trasladarse en 1897 de su pequeña propiedad cercana a Moscú a Crimea, de clima más cálido. También hizo frecuentes viajes a los balnearios de Europa central. Casi a finales de siglo conoció al actor y productor Konstantín Stanislavski, director del Teatro de Arte, de Moscú, que en 1898 representó su obra La gaviota (1896). Esta asociación de dramaturgo y director de teatro, que continuó hasta la muerte de Chéjov, permitió la representación de varios de sus dramas en un acto y de sus obras más significativas como El tío Vania (1897), Las tres hermanas (1901) y El jardín de los cerezos (1904). En 1901 se casó con la actriz Olga Knipper, que había actuado en sus obras. Chéjov murió en el balneario alemán de Badweiler el 14/15 de julio de 1904. La crítica moderna considera a Chéjov uno de los maestros del relato. En gran medida, a él se debe el relato moderno en el que el efecto depende más del estado de ánimo y del simbolismo que del argumento. Sus narraciones, más que tener un clímax y una resolución, son una disposición temática de impresiones e ideas. Utilizando temas de la vida cotidiana, Chéjov retrató el pathos de la vida rusa anterior a la revolución de 1905: las vidas inútiles, tediosas y solitarias de personas incapaces de comunicarse entre ellas y sin posibilidad de cambiar una sociedad que sabían que era inherentemente errónea. Algunos de los mejores relatos de Chéjov se incluyen en el libro publicado póstumamente Los veraneantes y otros cuentos (1910). Dentro del teatro ruso, a Chéjov se le considera como un representante fundamental del naturalismo moderno. Sus obras dramáticas, lo mismo que sus relatos, son estudios del fracaso espiritual de unos personajes en una sociedad feudal que se desintegraba. Para presentar estos temas, Chéjov desarrolló una nueva técnica dramática, que él llamó de “acción indirecta”. Para ello diseccionaba los detalles de la caracterización e interacción entre los personajes más que el argumento o la acción directa. En una obra de teatro de Chéjov muchos acontecimientos dramáticos importantes tienen lugar fuera de la escena y lo que se deja sin decir muchas veces es más importante que las ideas y sentimientos expresados. Algunas de sus obras fueron inicialmente rechazadas en Moscú, pero su técnica ha sido aceptada por los dramaturgos y los espectadores modernos, y sus obras aparecen con frecuencia en los repertorios dramáticos.

Algunos fragmentos de sus obras: 
Aniuta (fragmento)

Klochkov era el sexto de los jóvenes con quienes había vivido en los últimos seis o siete años. Todos sus amigos anteriores habían ya acabado sus estudios universitarios, habían ya concluido su carrera, y, naturalmente, la habían olvidado hacía tiempo. Uno de ellas vivía en París, otros dos eran médicos, el cuarto era pintor de fama, el quinto había llegado a catedrático. Klochkov no tardaría en terminar también sus estudios. Le esperaba, sin duda, un bonito porvenir, acaso la celebridad; pero a la sazón se hallaba en la miseria. No tenían ni azúcar, ni té, ni tabaco.
Aniuta apresuraba cuanto podía su labor para llevarla al almacén, cobrar los veinticinco copecs y comprar tabaco, té y azúcar. -¿Se puede? -preguntaron detrás de la puerta. Aniuta se echó a toda prisa un chal sobre los hombros. Entró el pintor Fetisov. -Vengo a pedirle a usted un favor -le dijo a Klochkov-.
¿Tendría usted la bondad de prestarme, por un par de horas, a su gentil amiga? Estoy pintando un cuadro y necesito una modelo.
-¡Con mucho gusto! -contestó Klochkov-. ¡Anda, Aniuta!
-¿Cree usted que es un placer para mí? -murmuró ella.
-¡Pero mujer! -exclamó Klochkov-. Es por el arte... Bien puedes hacer ese pequeño sacrificio.
Aniuta comenzó a vestirse.
-¿Qué cuadro es ése? -preguntó el estudiante.
-Psiquis. Un hermoso asunto; pero tropiezo con dificultades. Tengo que cambiar todos los días de modelo. Ayer se me presentó una con las piernas azules.
«¿Por qué tiene usted las piernas azules?», le pregunté.
Y me contestó: «Llevo unas medias que se destiñen...»
Usted siempre a vueltas con la Medicina, ¿eh? ¡Qué paciencia! Yo no podría...
-La Medicina exige un trabajo serio. -Es verdad...
Perdóneme, Klochkov; pero vive usted... como un cerdo. ¡Qué sucio está esto!
-¿Qué quiere usted que yo le haga? No puedo remediarlo. Mi padre no me manda más que doce rublos al mes, y con ese dinero no se puede vivir muy decorosamente.
-Tiene usted razón; pero... podría usted vivir con un poco de limpieza. Un hombre de cierta cultura no debe descuidar la estética, y usted... La cama deshecha, los platos sucios...
-¡Es verdad! -balbuceó confuso Klochkov-.
Aniuta está hoy tan ocupada que no ha tenido tiempo de arreglar la habitación.
Cuando el pintor y Aniuta se fueron, Klochkov se tendió en el sofá y siguió estudiando; mas no tardó en quedarse dormido y no se despertó hasta una hora después. La siesta le había puesto de mal humor. Recordó las palabras de Fetisov, y, al fijarse en la pobreza y la suciedad del aposento, sintió una especie de repulsión. En un porvenir próximo recibiría a los enfermos en su lujoso gabinete, comería y tomaría el té en un comedor amplio y bien amueblado, en compañía de su mujer, a quien respetaría todo el mundo...; pero, a la sazón..., aquel cuarto sucio, aquellos platos, aquellas colillas esparcidas por el suelo...
¡Qué asco! Aniuta, por su parte, no embellecía mucho el cuadro: iba mal vestida, despeinada...
Y Klochkov decidió separarse de ella en seguida, a todo trance.
¡Estaba ya hasta la coronilla! Cuando la muchacha, de vuelta, estaba quitándose el abrigo, se levantó y le dijo con acento solemne: -Escucha, querida... Siéntate y atiende. Tenemos que separarnos. Yo no puedo ni quiero ya vivir contigo.
Aniuta venía del estudio de Fetisov fatigada, nerviosa. El estar de pie tanto tiempo había acentuado la demacración de su rostro. Miró a Klochkov sin decir nada, temblándole los labios.
-Debes comprender que, tarde o temprano, hemos de separarnos. Es fatal. Tú, que eres una buena muchacha y no tienes pelo de tonta, te harás cargo. Aniuta se puso de nuevo el abrigo en silencio, envolvió su labor en un periódico, cogió las agujas, el hilo. 
"

La gaviota (fragmento)

Masha. Todo esto se lo cuento porque es usted escritor. Puede aprovecharlo. Se lo digo con el corazón en la mano; si él se hubiera herido seriamente, no le habría sobrevivido ni un minuto. De todos modos, soy valiente. He tomado una decisión: arrancaré de mi alma este amor, lo arrancaré de cuajo.
Trigorin. ¿De qué modo?
Masha. Casándome. Con Medviénko.
Trogorin. ¿Con el maestro?
Masha. Sí.
Trigorin. No veo la necesidad.
Masha. Amar sin esperanza, pasarse años enteros esperando... No bien me haya casado, adiós, amor; nuevas preocupaciones ahogarán el pasado. De todos modos, ¿sabe usted?, esto representará un cambio. ¿Bebemos otro vaso?.
Trigorin. ¿No será demasiado?
Masha. ¡Qué va! (Llena dos vasos). No me mire de esta manera. Las mujeres beben más a menudo de lo que usted se figura. Las menos beben abiertamente, como yo; la mayoría, a escondidas. Sí. Y siempre vodka o coñac.(Chocan los vasos.) ¡A la suya! Es usted un hombre sencillo, lástima que se vaya.(Beben).
Trigorin. También a mí me desagrada partir.
Masha. Entonces, pídale que se quede.
Trigorin. No, ahora no se quedará. Su hijo se comporta con una falta de tacto extrema. Primero se disparó un tiro; ahora, según dicen, quiere retarme a un duelo. ¿A qué santo? Se enoja, refunfuña, aboga por nuevas formas... Pero si sobra sitio para todas, para las nuevas y para las viejas, ¿qué necesidad hay de darse empujones?.
Masha. Además, los celos. De todos modos, esto no es cosa mía. 
"

Las lágrimas invisibles del mundo (fragmento)

La enorme sala rutilaba con sus luces y hormigueaba de gente. Era el reino del hipnotizador. A pesar de su aspecto endeble y poco atractivo, el hipnotizador brillaba, lucía, deslumbraba. Le sonreían, y aplaudían y obedecían. Y también palidecían.
Hacía literalmente milagros. Dormía a uno, tetanizaba al otro, colocaba a un tercero con la nuca sobre una silla y la planta de los pies en otra. Vimos reducir a un periodista delgado y alto al estado de espiral. En una palabra, encadenaba las diabluras. Ejercía una influencia especial sobre las damas. Bajo su mirada, caían como moscas. ¡Oh, los nervios de las mujeres! Sin ellas, nos aburriríamos mucho en este mundo.
Habiendo dado pruebas de su arte con todas las personas presentes, se acercó a mí.
– Me parece que usted es de un natural muy maleable –me dijo–. Es usted tan nervioso, tan expresivo. ¿Aceptaría dejar-se dormir?
– ¿Por qué no? Con mucho gusto, adelante. El hipnotizador se sentó vis-à-vis; me cogió las manos y posó sus terribles ojos, ojos de serpiente, en mis pobres ojos.
El público nos rodeaba.
– ¡Chist, damas y caballeros! ¡Chist! ¡Silencio!
Se calmaron... Nosotros continuábamos sentados, mirándo-nos a los ojos.
Transcurrió un minuto... y otro... Yo tenía un hormigueo en la espalda, mi corazón parecía salírseme del pecho, pero en modo alguno caía en el trance.
Transcurrieron así cinco minutos... siete minutos...
– Resiste –dijo alguien–. ¡Bravo! ¡Eso es un hombre!
Aún continuábamos sentados, y nos mirábamos... Yo no tenía ganas de caer en el sueño, ni siquiera de adormecerme. Un protocolo de la Duma o de la Asamblea territorial ya hace tiempo que me hubiese adormecido. La asistencia comenza-ba a susurrar, a reír para sus adentros... El hipnotizador dejó ver un semblante molesto, parpadeó... ¡Pobre! ¿Aquien le gusta un fiasco? ¡Acudid en su ayuda, espíritus, enviad a Morfeo sobre mis párpados!
– Resiste –dijo la misma voz–. ¡Ya basta, déjelo! ¡Ya os dije que todo esto no eran más que trucos!
Y entonces, en el momento en que, reconociendo la voz de un amigo, hice amago de levantarme, sentí en la palma de la mano un objeto extraño. Al tocarlo supe que era un billete. Mi padre era médico y los médicos saben reconocer, con sólo tocarlo, la calidad de un papel. Según la teoría de Darwin, yo he heredado de mi padre, entre otras aptitudes, algo de ese talento. Reconocí así un billete de cinco rublos. En esto, me quedé dormido al instante. 
"

Un día como hoy: Nace Juana Azurduy

By : Unknown
Patriota altoperuana que se sumó a las luchas emancipadoras participando de la revolución de Chuquisaca, acompañó a su esposo Manuel Padilla en la dirección de la Republiqueta de Laguna y lo reemplazó luego de su muerte poniéndose al frente de esa guerrilla patriota. Participó de los combates que libró el Ejército del Norte conducido por Manuel Belgrano y más tarde se unió a la guerrilla de Martín Miguel de Güemes. En 1821, a la muerte de Güemes y sin haciendas ni tierras, que le habían sido incautadas por los realistas, se vio reducida a la mayor pobreza. Así la encontró Bolívar en 1825, quien al ver las condiciones miserables en que vivía, la ascendió al grado de coronel, le otorgó una pensión y, avergonzado, le comentó a Sucre: “Este país no debería llamarse Bolivia en mi homenaje, sino Padilla o Azurduy, porque son ellos los que lo hicieron libre”. Pasó largos años en Salta solicitando al gobierno boliviano la restitución de sus bienes confiscados. La pensión que Bolívar le había otorgado le fue quitada en 1857 por el gobierno del dictador José María Linares, perteneciente a la noble y acaudalada familia de los condes de Casa Real y Señores de Rodrigo en Navarra, emparentados con la nobleza española. Juana Azurduy, que perdió a su esposo y a cinco de sus seis hijos en la guerra y que tanto había hecho por la independencia americana y tan poco le había sido reconocido, murió en la más extrema pobreza el 25 de mayo de 1862.
Fuente: http://www.telam.com.ar/efemerides/07/12
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