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Entre la palabra y la fantasía de Felipe Garrido

By : Unknown
Había una vez un escritor cuyos personajes se las ingeniaban para hacernos parte de sus vidas, especialmente algunos, porque la literatura y la vida establecen lazos comunicantes que, en ocasiones, suavizan las fronteras entre la realidad y la ficción.
Rita Dromundo Amores**
Al leer los textos contenidos en su libro Conjuros1 y al reencontrar algunos personajes de Garabatos en el agua y de su columna La musa y el garabato, vamos siguiendo la pista de los pequeños universos que estos conforman.
Tratar de analizar la parte subjetiva o efímera, lo que en un instante, o en muchos formó parte de la realidad vivida o imaginada de un escritor, es como tratar de sujetar con alfileres la sombra de Peter Pan pero, como pretendo hablar sobre la obra de Felipe Garrido, trataré de hacer referencia a lo que me parece más significativo. 
Si bien los temas que se tocan en sus cuentos son múltiples, consideramos que entre ellos existen tres líneas temáticas centrales. La primera la conforman los que podríamos llamar relatos de terror; entre estos encontramos los miedos de la infancia, cargados de ingenuidad, como el temor a los monstruos que aparecen al apagar la luz, al pasillo oscuro donde se cree que alguien acecha, a que se caiga el avión si el niño se duerme y los miedos reales como el deseo de escapar, incluso para siempre y la mayor aprehensión: que se alejen temporalmente, o para siempre los padres. Dentro de esos temores un pequeño dragón que acecha a un niño, representa el contrasentido que se manifiesta al no querer sentir miedo, pero a la vez mantener el deseo de que este no desaparezca, como en “La migala” de Arreola.
A este grupo corresponden también los que llamamos “cuentos de oficina” donde personajes sumidos en la rutina experimentan situaciones extraordinarias, desde las divertidas como cuando todos los muebles e implementos de trabajo deciden declararse en huelga, o los papeles pendientes de revisar que se incrementan misteriosamente en un escritorio, hasta los que implican lo inesperado, dentro de lo cotidiano, como la compañera a quien se ha visto todos los días y resulta que es un fantasma.
La ciudad también provee de múltiples motivos para asustarse, como estatuas que cobran vida, el espejo que muestra imágenes ajenas, andenes de los que se sabe no se saldrá, una mujer en el metro quien seduce a los hombres y los vuelve perros.
A veces los miedos son parte de leyendas que involucran personas u objetos: ahogados que regresan y llaman para atraer a quienes pasan, un diablo en forma de gallo, máscaras misteriosas, muertos que regresan, personajes fantásticos como Capora hombre velludo, devorador de ganado y humanos y ao-ao, especie de borrega más grande y el fascinante “doblador de sombras”, quien protege las sombras de las personas, mientras van a cazar jaguares.
En estos textos se produce en ocasiones la sorpresa ante lo inesperado y en otras la confirmación de que lo que se temía era real y está por ocurrir, incluso si lo inesperado es hermoso y produce placer, como el hombre que mira extasiado, con reverencia, la bella invasión de flores la cual pronto, e irremediablemente, lo cubrirá por completo.
En el universo de Felipe, para contrarrestar al miedo existe la intercesión de los santos, algunos muy fuera de los común, como San Frutos, quien vela a los que roban libros, San Avilán responsable de cuidar a los enamorados, San Godardo protector de los gordos, San Martín elegido para evitar a las hormigas, San Cenebrian, mudo que ahuyenta a los demonios tocando un pandero y castañuelas.
La segunda línea temática la integran los relatos que aluden al deseo, a la ilusión y al amor, los cuales también se agrupan en tres tipos:
Los conquistadores en busca de mujeres míticas, como el capitán que perdió la cordura por una con olor a tamarindo, o los hombres convertidos en peces por bellas féminas. La búsqueda de los pueblos o islas que, se dice, habitan solamente hermosas mujeres.
Un marinero y un profesor quienes conversan en una cantina en el malecón, a lo largo de varios días. Su charla entrecortada, escueta, casi siempre dejada inconclusa, gira en torno a lo que es el eje en la vida de ambos, su deseo de vivir. Para el Profesor es su sirena:
Tengo una sirena… Su voz es más dulce que el tumbo de las olas… (20)
Para el marinero su ilusión:
Yo tenía una ilusión… La traía guardada en el bolsillo… (42)
Ambos saben que nunca lograrán alcanzar el objeto de su deseo, pero prefieren nutrirse de él y conservarlo por un hilo delgado, que perderlo.
El tercer tipo se integra con los textos de deseo y a veces amor entre parejas. Estos inician con el amor de la infancia, donde basta la mirada, o un primer beso, para desatar el amor.
No creer, saber que la vida era ir de cojito por el corazón de la tarde promisora de lluvia y de tu risa… (20)
En otros cuentos se intensifica el deseo que cobra tintes sensuales, pero aunque alcancen a desatar la pasión del hombre, las mujeres son inasibles, etéreas o quizá inexistentes:
Ten cuidado…soy menos que espuma… (77)
Amaranta se aparta, se endurece, se esfuma (78).
Alargó los brazos en el lecho vacío (96).
Tú eres una silueta imprecisa, borrada por un borde luminoso...Nada más hay allí. Sólo la luz, el hueco de tu sombra y el velo que la cubre (175).
El amor en la obra de Felipe es como tomar agua con las manos. No se puede retener y permanece por muy poco tiempo, dejando la duda de si fue real o imaginado. Solo en contadas ocasiones se alude al amor realizado, como cuando un hombre ve a su mujer, ya entrada en años y el amor hace que vea su cuerpo como era antes.
En todos estos cuentos el hombre sueña o percibe a la mujer, excepto en un cuento donde él le pide a ella, que no deje de soñarlo, o sea, el soñado es él, a la manera de Borges.
La tercera línea temática la integran relatos donde se muestra la convivencia familiar, en los que convergen personajes muy diversos, incluso el abuelo ya muerto, quien participa desde su retrato. Quienes más destacan son: Martucha y Toña, esta última, especie de maga de la cocina, capaz de elaborar maravillosos platillos que integran verdaderos banquetes, parte imprescindible de la interacción de los personajes, los cuales logran despertar en el lector todos los sentidos y en ocasiones la evocación de recuerdos olfativos al imaginar: la nieve de membrillo, codornices al ajillo, conejo al epazote, crepas de tamarindo y piloncillo, crema de ciruelas. La fuerza de este personaje, quien escucha todo lo que se dice, pero habla poco, aunque es dueña y señora de la cocina, la expresa el narrador en este fragmento:
Toña abrió la puerta de la cocina y entraron a un tiempo la tarde dorada, la lluvia en sordina y el aroma del pato en salsa de mango y tejocote (84).
El personaje más importante de la familia es la Tía Martucha quien, a la menor provocación, narra historias maravillosas, ligadas o no, con lo que se conversa en la mesa. Basta que empiece a fumar, para iniciar la evocación:
Del otro lado del mar…hay una ciudad de prodigio…Y cuando cae la noche la paz y el deseo se trenzan en un abrazo que remeda el del río y la ciudad (12-13).
La conversación es ágil, pues en este grupo de relatos predomina el diálogo. Los personajes conversan, como muchas familias, sobre noticias y chismes, a veces discuten o se critican uno a otro, pero los momentos de tensión siempre se resuelven con el arribo de la comida, o el inicio de una bella historia.
Los cuentos de Felipe Garrido son breves, como un instante luminoso, algunos son el rescate de algo perdido en la mente: Entonces lo recuerdas. Confundido con un sueño, extraviado en la memoria… (10). Sin embargo se van enlazando y el lector va armando las piezas de los rompecabezas que nos propone el autor, va cosiendo las historias de la Tía Martucha, o del profesor y el marinero…
Con una prosa bien escrita y frases poéticas, con dosis de humor y ternura en el tratamiento de sus personajes, nos lleva a mundos y personajes maravillosos, tan fantásticos que parecen reales.
Conocí a Felipe Garrido cuando lo invitó Emmanuel Carballo a nuestra clase de literatura en la maestría, después nos hemos cruzado en espacios diversos, porque nos unen el amor a la literatura y la necedad de querer contribuir a hacer de México un país de lectores.
Su sonrisa, grata conversación, hermosos textos y su perseverancia para incitar a la lectura, han dejado marcadas huellas a su paso, que siguen a su vez a sus grandes amores: Cortázar, Borges, Arreola, Alfonso Reyes...
Por todo ello:
Convocamos y conjuramos a Felipe Garrido a seguir escribiendo y construyendo sueños e ilusiones, a que continúe promoviendo la lectura. Si no lo hace, lo condenamos a ver telenovelas y leer libros malos por la eternidad.

Fuente: http://educa.upn.mx/cultura/num-11/137-entre-la-palabra-y-la-fantasia-de-felipe-garrido

Recomendacion Editorial Jus: Conjuros

By : Unknown

Nombre del Autor: Felipe Garrido.
Conjuros es una colección de 303 textos, muy breves, que quieren ser cuentos. No semblanzas, viñetas, cartones, aforismos, chistes ni ocurrencias, sino cuentos. Historias de personajes de carne y hueso, de sombra y olvido, que se enfrentan –atribulados, esperanzados, desconcertados- a la maravilla del mundo. Carcomidos por la certeza de la muerte y por la urgencia del deseo, estos personajes son, sin que ellos lo sepan, esos mismos conjuros que necesitan. Este volumen incluye varios de los mejores cuentos de nuestro tiempo. Para leerlo, uno puede abandonarse al azar y seguir una ruta de apariencia caótica. O bien, puede ir por sus páginas en orden. A final de cuentas, el lector verá que el libro es un único conjuro que lleva a cada quien a encontrar lo que cada quien busca.

 Información del autor:

Cuentista, editor, traductor, conferencista, maestro, formador de lectores, Felipe Garrido ha publicado artículos, ensayos, prólogos, medio centenar de libros y otras tantas antologías. Es director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua, director del Programa de Formación de Lectores de la Universidad Veracruzana; maestro en el CEPE, de la UNAM, becario del Sistema Nacional de Creadores.
  
Ciudad de México | Sábado 13 de agosto de 2011 Notimex | El Universal.
Un total de 303 cuentos breves, algunos inéditos y otros reescritos sobre distintos temas, que escribió a lo largo de estos últimos 25 años, conforman el libro ‘Conjuros‘, del polígrafo Felipe Garrido. En entrevista, con motivo de la presentación de la obra literaria, la víspera, Garrido mencionó que su obra se compone de una colección de textos breves o muy breves, que ha tratado que sean cuentos. ‘En el terreno de los relatos breves junto con los cuentos, hay otros géneros que a veces se mezclan, como aforismos, chistes, prosas poéticas y estampas’, dijo el escritor. Añadió que en el caso del libro ha tratado que todos sean realmente cuentos, es decir textos donde por lo menos hay un personaje al que algo le sucede. Explicó que hay temas muy variados, aunque algunas líneas se repiten, de los cuales incluye varias sobre niños, que son personajes que le fascinan, porque están descubriendo el mundo y están indefensos. ‘Otro es sobre santos, que según parecen que no existen, pero que debería de existir; otro más alrededor de las múltiples relaciones entre hombres y mujeres; algunos encuentros y más desencuentros’, señaló Garrido. Dijo también que el tiempo es un tema al que aborda con mucha frecuencia, pues es aquél que a uno se le escapa, pero es el único que uno tiene. Citó como ejemplo que entre los cuentos hay un marinero y un profesor que dialogan. El primero que ha leído mucho y sabe de versos de muchos poetas y el profesor que anda en un pueblo en busca de una sirena. Así como una familia, la de la tía ‘Martucha’, que se reúne a comer los fines de semana y alrededor de la mesa a los miembros de la familia, que cuentan historias, pero también abordan temas filosóficos y del tiempo. Hay otros temas que se repiten a lo largo del libro. ‘Son cuentos escritos a lo largo de 25 años, muchos de ellos, dos terceras partes, han sido publicados en columnas, que están reescritos para el libro que son nuevas versiones y otros son inéditos’, explicó el escritor. Respecto al cuento, Garrido señaló que es un género milenario, vive y es de los más antiguos que ‘conocemos, por lo cual es vivo y cultivado entre nosotros en México y en otros países’. niz Información obtenida en: http://www.eluniversal.com.mx/notas/785789.html.

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