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Este imbécil no soy yo

By : Unknown
Este imbécil no soy yo
Héctor Zagal
Jus. México, 2010
84 págs.
Desde 2006 Héctor tiene un blog que tituló «Los apócrifos de Zagal». Lo descubrí en octubre de ese mismo año y me convertí en lector asiduo. Imposible resistirse ante la seductora y siempre filosa pluma del autor. Irreverente como es, publica entradas que van desde listas hilarantes y curiosas hasta ideas filosóficas. Algunas le quedan mejor que otras y existen las que suprime al día siguiente porque, o no le gustaron o eran demasiado insolentes.
En Este imbécil no soy yo editorial Jus seleccionó un manojo de los primeros escritos del blog, los ordenó en categorías y publicó un libro divertido que provoca la carcajada. Es excelente para quien no está acostumbrado a navegar en la web y buscar blogs que leer. Para quienes ya conocíamos este ciberespacio se convierte en una forma de recordar la sonrisa que avivó la primera vez que leímos su contenido.
Comparto uno de ellos: «Si lees a un teólogo y sus palabras te hacen sentir bien (si te quitan el cargo de conciencia), seguro que se trata de un hereje».
Al final, cuando terminé el libro, no pude evitar preguntarme quién será esa Mariana a quien está dedicado in memoriam. Según recuerdo, en su blog decía que fue su esposa.



Sugerencias Jus: Negras intenciones. Rodolfo J.M. Compilador.

By : Unknown
Uno de los géneros que más representa a nuestra sociedad es el género negro, tan afín por naturaleza a nuestros vicios, nuestra violencia y la corrupción en la que vivimos.



Quince plumas, entre lo más selecto de los escritores del género reúnen en Negras Intenciones un diverso catálogo de asesinatos, mentes enfermas y crónicas de nuestra realidad. Desde la leyenda del poeta caníbal, pasando por un crítico que asesina a malos escritores o las visiones abúlicas de nuestros policías, en Negras intenciones hay una certeza y una voluntad: matar, y matar con las palabras de la mejor manera posible.
Las narraciones de este libro retratan un contexto social que se escucha diariamente en los noticieros, sin embargo, aquí el narcotráfico sólo sirve de fondo para mostrar una realidad de violencia familiar, escolar y social. “Los relatos, seleccionados del Concurso Nacional de Cuento Policiaco del Instituto de Policía Auxiliar de Oaxaca 2007, transportan al lector del Acapulco sangriento, a la frontera norte insaciable de corrupción, hasta el Distrito Federal conmocionado por el Caníbal de la colonia Guerrero. La variedad en estilos y lenguaje es la característica del compilado, donde igual hay un cuento crudo, frío y sangriento, como un relato sutil que requiere de la imaginación del lector para rematar la atmósfera criminal”, afirmó la columnista.

Nota del libro Negras intenciones, en hojeandolibros.blogspot.com
DANIEL EMILIO PACHECO
NEGRAS INTENCIONES. RODOLFO J.M.
Actualmente una de las vertientes más leídas de la literatura, es el llamado género negro, ya sea en novela o en cuento. Encontrar un escritor que sea agradable para el lector, en medio de la sobreoferta de libros del tema, en ocasiones no es fácil y se tendrá que gastar tiempo y dinero en la búsqueda.
Una antología es la clase de libro que me gusta recomendar para acercarse a un tipo específico de tema literario. Su ventaja es poder ofrecer una variada muestra de escritos y autores, que permitirán al lector conocer y escoger los escritores que sean de su agrado.
“Negras intenciones” presenta el trabajo de 15 autores mexicanos, la mayoría de ellos asiduos practicantes del género negro, otros no tanto, pero las veces que lo han practicado han recibido buenos reconocimientos. Participan en este libro:
- F. G. Haghenbeck
- Paúl Medrano.
- Orlando Ortiz.
- Yolanda de la Torre.
- Gerardo Sifuentes.
- Alfonso Morcillo.
- Ricardo Guzmán Wolffer.
- J.M. Servín.
- Bernardo Fernández BEF.
- Antonio Malpica.
- Mauricio Alvarado.
- Rodolfo J.M.
- Edgar Omar Avilés.
- Vicente Alfonso.
- Benito Taibo.
Algunos de estos autores ya los había leído otros no. Encontré a un F. G. Haghenbeck que mantiene su fijación característica de involucrar en sus escritos a famosos artistas de antaño, el final de su cuento me gusto.
Bernardo Fernández BEF, muy bueno, su juego de tiempos, presente, pasado, futuro, mantiene el interés en el relato, en unas frases define sus personajes de forma completa. Un ejemplo de cuento corto.
Orlando Ortiz nunca lo había leído y su escritura me gusto, la ambientación de su cuento es buena, y la forma de contar su historia es ágil y divertida.
Benito Taibo es otro de los que me sorprendieron, no lo había leído en este género, la poesía es de lo que mas ha escrito. Así que en su cuento, el lenguaje es usado de forma clara y limpia, y su escritura es de un ritmo acompasado.
Conocí el trabajo de Yolanda de la Torre, quien con su cuento presenta una visión diferente de una historia conocida. Lo destacable del trabajo de Yolanda es el usar un hecho policiaco real, para presentar un personaje que nos deja la duda de ser imaginario.
Y podría hablar de los otros cuentos, pero es mejor que tú leas y opines. Baste decir que el “Negras intenciones” es sumamente recomendable para acercarnos al género del cuento negro.
De la edición. Una portada bonita y bien escogida para el tema. Letra de tamaño adecuado para leer. EDITORIAL JUS entrega un buen trabajo. Me falto el separador que en ocasiones ponen en sus libros y considero de muy buen gusto
Este libro tiene una introducción que es interesante leer y los datos de los escritores a manera de presentación antes de sus cuentos. Buena idea armar esta antología. . . Se Felizzz !!!




Sugerencias Jus: Modales de mi piel. Javier Munguía

By : Unknown
Los cuentos de Modales de mi piel semejan mucho a esos impulsos indomables, difíciles de controlar, que apelan a nuestros instintos, a nuestros deseos más básicos. En estas historias se debate la creencia de que somos la piel que nos envuelve; o de que vivimos en realidad en otra piel, como el protagonista del cuento que da título al libro. Una anciana que relata un viejo encuentro con final inesperado, un joven que espera la llamada de una niña, un personaje que al cambiar de sexo encuentra quién es en realidad, son algunas de las formas con las que Javier Munguía nos invita a desnudarnos. Somos, pues, la piel que portamos y no una presunta alma ajena del todo al mundo sensible.

Javier Munguía, Sonora, 1983. Licenciado en Literaturas Hispánicas por la UAS. Fue
becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora. Tiene estudios de
maestría en la misma universidad. En 2006 fue obtuvo el Premio del Concurso de
Libro Sonorense. Cuentos suyos han sido publicados en antologías y en la web.
Mantiene el blog: www.javiermunguia.blogspot.com




México DF.- En entrevista con Clarín.cl Javier Munguía (1983), habla del libro Modales de mi piel: “El título alude a esos impulsos gobernados no por la razón, sino por el instinto, que en ocasiones parecen no atender a nuestra propia voluntad. No es que esos impulsos nos traicionen; es que reflejan nuestros deseos más recónditos en toda su complejidad. Pese a la necesaria contención, nos queda el recurso de la imaginación para darle consistencia a nuestras fantasías más salvajes: en ese territorio libre nadie nos pide cuentas”




Autor de las antologías: Gentario (2006), Mascarada (2007) y Modales de mi piel (Editorial Jus, 2011), Javier Munguía estudió Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora y cursó un magíster en Literatura Hispanoamericana; en la actualidad publica sus reseñas y críticas en el blog Libroadicto: “Mis lecturas me definen no sólo como aspirante a escritor, sino como ser humano. Estoy convencido de que mi biblioteca representa de modo tan fiel mi biografía como las cosas que he hecho y dejado de hacer. En Modales de mi piel creo percibir deudas contraídas con autores como Cervantes, Cortázar, Marsé y Vargas Llosa. Leyendo a estos autores me resultó más evidente el poder de la ficción, de la imaginación, para defendernos contra las ofensas o precariedades de la realidad”  

MC.- ¿Los modales de la piel suelen ser maleducados?, ¿al erotismo y al amor poco le interesan los protocolos y prejuicios?
JM.- Hay modales bien educados, mientras que otros son resueltamente maleducados. Supongo que estos últimos son los más interesantes, pues por lo general nos exigen ocultarlos lo mejor posible para no quedar tan expuestos, para no ser tan vulnerables, para evitar el miedo a ser censurados, descalificados o ridiculizados. Desde mi primer libro, uno de mis intereses centrales ha sido -no sé si lo logro- tratar de narrar lo inconfesable, aquello que sentimos o pensamos con meridiana claridad, pero que difícilmente compartiríamos para evitar el escándalo de quienes rodean. Me interesa mucho el proceso mediante el cual nos ocultamos a través de máscaras que, en ocasiones, se vuelven nuestro propio rostro deformado. Por eso en la portada de mi primer libro aparecen seres enmascarados; por eso mi segundo libro se llama Mascarada.
           
Modales de mi piel encaja también en ese designio. El título alude a esos impulsos gobernados no por la razón, sino por el instinto, que en ocasiones parecen no atender a nuestra propia voluntad. No es que esos impulsos nos traicionen; es que reflejan nuestros deseos más recónditos en toda su complejidad. Claro que, para vivir en comunidad, es necesario poner freno a esas tentaciones; si no, todo sería el caos y la anarquía, como en ese mundo imposible y tentador propuesto por Sade en Filosofía en el tocador. Pese a esa necesaria contención, nos queda el recurso de la imaginación para darle consistencia a nuestras fantasías más salvajes: en ese territorio libre nadie nos pide cuentas.

MC.- La tendencia de la narrativa mexicana es incluir como personajes a escritores consagrados o heterónimos sofisticados; sin embargo, en los cuentos “Sospechas”, “Sin guitarra” y “La novia virgen”, el personaje es un aprendiz de escritor frente a la hoja inmaculada. ¿Cuándo tienes la certeza de que una historia debe ser contada de cierta forma?
JM.- No creo que haya una sola forma válida y efectiva de contar una historia, la cual uno debería buscar hasta encontrarla, sino más bien una diversidad de formas legítimas y adecuadas, entre las cuales uno elige según su sensibilidad y preferencias literarias de la época en que escribe.

En cuanto a los personajes escritores, me interesan no sólo en cuanto escritores, sino en cuanto a seres humanos con conflictos semejantes al resto que además escriben. No me convence esa premisa según la cual no se debería escribir sobre artistas porque se corre el riesgo de que los personajes resulten poco vivos, afectados, lejanos de la mayoría de los lectores; tampoco me decanto por esa literatura plagada de citas literarias y demostraciones de erudición, preocupada sólo, como dice Rivera Letelier, por mirarse el ombligo y por abordar problemas estrictamente literarios y artísticos que, por tanto, solo interesan a escritores y artistas.

MC.- Una vez que le pierdes el pánico a la hoja en blanco, ¿cómo convences a los editores de que pierdan su fobia por los nuevos autores?, ¿cuál fue el camino recorrido por tu antología hasta llegar a Jus?
JM.- Mi primer libro lo publiqué en un pequeño taller editorial de la universidad donde estudiaba. Fue un proceso muy rápido, ya que no había muchos aspirantes a publicar; de hecho, con mi libro se estrenó como editor el encargado del taller de aquel entonces. Con mi segundo libro gané un concurso regional, cuyo premio consistía en una dotación económica y la publicación de la obra ganadora. En cuanto a Modales de mi piel, la historia es esta: hace unos años me enteré de que la editorial Jus estaba recibiendo manuscritos de autores jóvenes, tanto novela como cuento, y me animé a enviar mi tercer libro, que había terminado con la ayuda de una modesta beca. No sólo es difícil que una editorial con distribución nacional apoye a nuevos escritores, sino también que publique cuento, un género muy poco popular, como es bien sabido. No mucho después de haber enviado mi manuscrito, recibí una generosa comunicación de don Felipe Garrido en la que me informaba que le interesaba publicar el libro. De ese momento a hoy han pasado tres años. El libro sufrió modificaciones sustanciales que se me fueron ocurriendo mientras esperaba que viera a la luz. La espera fue larga y en ocasiones exasperante, pero se ha visto recompensada.

MC.- ¿Por qué el primer y último cuento tienen como escenario un asilo de ancianos?, ¿ahí cierras el ciclo de memoria, erotismo, reinvención y olvido?
JM.- La vejez me interesa como estadio límite; como umbral entre lo conocido y lo desconocido; como un asomarse, con angustia o estoicismo, a lo efímero, a la desaparición, a la progresiva decadencia. Todas las etapas de un ser humano son susceptibles de volverse literatura, pero esta etapa en particular me resulta muy rica por la nostalgia, el miedo, el desconcierto y la incertidumbre que, intuyo, entraña. Por eso decidí cerrar y abrir el libro con dos cuentos protagonizados por ancianas y ubicados en un asilo, que además están conectados entre sí y de algún modo se complementan.

MC.- ¿La sensualidad y el amor no están distantes del suspenso y del terror?, lo pregunto por los cuentos “La novia virgen” y “Temor de los hombres lobo”…
JM.- Desde que se inventó la figura del vampiro han estado cerca, quizás incluso antes. En ocasiones, lo que más tememos también nos atrae de una manera irresistible, ¿no es cierto? Por eso podemos transfigurar en placer el miedo. Pese a ello, debo decir que no es mi intención escribir relatos sexualmente estimulantes. El erotismo me parece un arte de difícil ejecución si se busca no caer en lo fácil, en lo manido. No es que no recurra a las escenas de sexualidad explícita, pero no busco que ellas tengan la función de alborotar la hormona del lector, sino de evidenciar conflictos que van más allá del sexo.

En cuanto a los dos cuentos que mencionas, creo que en ellos, como en otros relatos del libro, exploro mi interés por la literatura fantástica. Querría que funcionaran como historias fantásticas, en primer término, y no solo como metáforas o símbolos de algo que está más allá de ellos, pero a la vez me gustaría que fuesen capaces de sugerir conflictos compartidos por nosotros, habitantes de este mundo tan pedestre y escaso de magia.
modalesdemipiel

MC.- Leí varios juegos psicológicos y de abandono. Mencionaré mis tres cuentos favoritos: “Grietas”, “Soborno” y “Jackie”. ¿La seducción narrativa es una manipulación de la vida y las emociones reales?
JM.- En mi experiencia, el atractivo de la ficción es hacer pasar por real, al menos durante la lectura, un ámbito recreado por nuestra memoria y nuestra imaginación que no lo es y que, sin serlo, en toda su riqueza y desmesura, indaga en un sinnúmero de experiencias y conflictos de nuestra realidad más palpable. Espero que esto no suene a galimatías tipo Carlos Fuentes (risas).
 
MC.- “Modales de otra piel” narra la transformación de un hombre hasta convertirse en Érika; si bien la literatura te permite ser otras personas, aquí lo importante es la metamorfosis y asimilación de lo femenino. ¿Fue difícil encontrar la voz narrativa desde la perspectiva de una mujer?
JM.- No fue más difícil que escribir desde la perspectiva de un anciano que no soy, o desde la de un niño que no soy, o desde la de un escritor joven que no soy, pese a que también soy joven y escribo. Escribir, me parece, tiene mucho que ver con la empatía, con ponerte imaginariamente en los zapatos del otro, sin importar qué tan distante parezca de ti: a fin de cuentas, en todos hay un sustrato común que nos permite reconocernos en los actos, omisiones, palabras y silencios de otros seres humanos. Como bien dice Octavio Paz en “Piedra de sol”: Para que pueda ser he de ser otro,/ salir de mí, buscarme entre los otros,/ los otros que no son si yo no existo,/ los otros que me dan plena existencia,/ no soy, no hay yo, siempre somos nosotros”.

No creo que haya una visión femenina y otra masculina, ni dentro de la literatura ni fuera de ella. No es verdad que los hombres seamos de una manera y las mujeres de otras. Los seres humanos somos de distintas maneras; el sexo no nos divide en dos grupos homogéneos. Si fuera verdad que existe una visión sola fisión femenina que todas las mujeres compartirían, sería imposible que escritores varones hubieran creado personajes femeninos convincentes. Sabemos que no es el caso: Madame Bovary, Ana Karenina y Molly Bloom, por poner tres ejemplos, fueron concebidas por la imaginación de hombres. Lo que menos me importa es el sexo del autor cuando elijo un libro. No leo buscando visiones femeninas o masculinas, sino personajes e historias que exploren la condición común a ambos sexos y me den cuenta de ella. No necesito ser mujer para inventar un personaje mujer y tratar de comprenderlo a profundidad; no necesito ser asesino para fraguar un personaje que lo sea de forma convincente.
           
Aclarado el punto, en “Modales de otra piel” quise explorar la idea -sin que fuera demasiado explícita, sin que el lector tenga la obligación de compartirla- de que no somos un alma ajena a nuestro cuerpo, no somos una esencia que podría separarse del “cascarón” sin detrimento de nuestra identidad, sino la piel que habitamos y las experiencias que hemos vivido. Si pudiéramos habitar otro cuerpo, no seríamos el mismo ser extraviado en una “casa” distinta”, sino otro ser, con otro tipo de necesidades y deseos, puesto que percibiríamos el mundo sensible de una forma inédita. En el cuento, la metamorfosis la vive un hombre que se convierte en mujer, pero igual podría haber sido un hombre que se convierte en anciano, o una mujer que se convierte en niño, o una monja que se convierte en bailarín nudista. No son lo masculino y lo femenino, me parece, el conflicto central, sino el cambio de “cascarón”. 

MC.- Enrique Serna abordó -por primera vez- el tema del viagra y la disfunción eréctil, en su novela “La sangre erguida”; tú describes la disfunción y eyaculación precoz en los cuentos “Amor de emergencia” y “Uno no conoce hasta que se conoce”. ¿A la narrativa mexicana todavía le cuesta trabajo desnudar el tabú?
JM.- Tengo la impresión, no sé si sea justa, de que no hay tabúes para la narrativa actual, de que hay mucha libertad, a pesar de que todavía existen lectores a los que les gustaría que la literatura estuviera libre de majaderías y escenas fogosas, como si ellas no formaran parte de nuestras vidas. Ciertamente, en La sangre erguida Enrique Serna le dio al pene un protagonismo que yo no recuerdo haber visto en otra novela. Es estupenda la forma humorística pero a la vez honda y sin tapujos en que el libro explora las delicias y al mismo tiempo los dolores de cabeza que nos deparan a los hombres nuestros respectivos órganos sexuales. Alguien podría preguntarse si este no es un conflicto que revela la identidad masculina. Creo que revela más bien los prejuicios, las expectativas y los miedos creados por hombres y mujeres en torno al pene, que no necesariamente son propios del sexo masculino y que tienen semejanzas con los conflictos de las féminas con algunas partes de sus cuerpos, como los pechos. No es esta, pues, una novela para hombres ni para descubrir la verdad identidad del hombre, sino que explora ámbitos comunes a ambos sexos, aunque en principio no lo parezcan.
           
MC.- ¿Por qué Enrique Serna es tu escritor mexicano preferido?
JM.- Uy, qué difícil pregunta. En primer lugar, Enrique es un gran contador de historias. Incluso en sus primeros libros, en los que experimentaba más que ahora con la estructura novelesca, no se olvida de que lo central, lo básico, es contar una historia que atrape, seduzca, revele, cuestione, conmueva. Tiene muy claro que el conflicto es pieza fundamental de un relato y lo maneja con soltura y solidez. Es, además, un narrador que indaga al interior de sus personajes a través sobre todo de sus acciones, omisiones, palabras y silencios, más que de sus pensamientos, a la vez que radiografía los vicios de las sociedades que recrea. Tiene buen sentido del humor sin ser frívolo. Sus temas, técnicas e intereses son muy diversos: lo mismo nos sorprende con una novela histórica que con un cuento distópico que con una novela presuntamente autobiográfica que con una ficción sobre un personaje del que los escritores no suelen ocuparse: una reina de belleza. En fin. Razones para admirar a este gran escritor, que merece mucho más éxito del que tiene, sobran.
MC.- El único escritor mencionado en tu libro -independientemente de los epígrafes- es Mario Vargas Llosa. ¿El website ficticio era un pequeño homenaje al Nobel de literatura del Perú?
JM.- En realidad, la página existió. Durante mucho tiempo fue el portal más completo dedicado a Vargas Llosa. Actualmente ya no está en línea, por desgracia. Su creador es un amigo muy querido que me inspiró el cuento al que te refieres, “Uno no se conoce hasta que se conoce”. Pese a que uno de sus narradores comparte algunos rasgos con mi amigo, aprovecho para aclarar que la anécdota es absolutamente inventada. No es mi labor ventilar intimidades ajenas (risas).

MC.- Finalmente, eres un gran lector y crítico literario. ¿Cuántas imágenes, versos, autores y páginas rondan tu imaginario antes de redactar un cuento?, ¿cómo decides las lecturas, o son ellas -lecturas y musas- las que te definen como escritor?
JM.- Cuando le otorgaron el Nobel a Vargas Llosa, el escritor cubano Leonardo Padura declaró que releía Conversación en La Catedral cada vez que estaba por empezar la escritura de una novela con el fin de inspirarse. Ese sí que es un homenaje, ¿no? Quizás también sea una buena forma de conjurar la inseguridad que ataca incluso al mismo Vargas Llosa durante la redacción de un libro. En ocasiones querría hacer algo parecido al enfrentarme a la hoja en blanco: releer algunas de mis novelas favoritas para sentirme menos solo y desamparado con aquel parto placentero a la vez que doloroso y difícil. En otras ocasiones querría olvidarme de mis libros predilectos, que solo graviten en mi inconsciente, para buscar mi propia voz, mis propias técnicas, mi propia aportación.

Mis lecturas me definen no sólo como aspirante a escritor, sino como ser humano. Estoy convencido de que mi biblioteca representa de modo tan fiel mi biografía como las cosas que he hecho y dejado de hacer. En Modales de mi piel creo percibir deudas contraídas con autores como Cervantes, Cortázar, Marsé y, por supuesto, Vargas Llosa -espero que esto no suene pretencioso: lejos de mí el ridículo afán de compararme con estos gigantes-. Leyendo a estos autores me resultó más evidente el poder de la ficción, de la imaginación, para defendernos contra las ofensas o precariedades de la realidad. ¿El Quijote es un viejo loco o un hombre sabio que finge su locura para poder hacer realidad su sueño de convertirse en caballero andante, sueño al que todos quienes se lo topan, sin saberlo y entre burlas, contribuyen?, ¿la madre de “La salud de los enfermos”, el cuento de Cortázar, es una pobre viejecita ingenua o alguien que se deja llevar por un feliz engaño para mejor soportar los duros golpes de la vida?

Varios personajes de mis cuentos también se engañan; la autosugestión es una constante en ellos. Dichos personajes, jóvenes o viejos, locos o cuerdos, hombres o mujeres, se inventan historias porque la realidad no llega a satisfacerlos, de modo deben crear una realidad alternativa que les da cierta alegría y cierto sosiego, que los defiende contra la amargura y el desánimo. De cierta forma, ese es el papel de las ficciones en nuestras vidas.

Fuente: http://www.elclarin.cl/web/index.php?option=com_content&view=article&id=1215:javier-munguia-los-modales-de-mi-piel-narran-lo-inconfesable&catid=7:entrevista&Itemid=8

Sugerencias Jus: Pláticas del tiempo de Helen Krauze

By : Unknown
Pláticas del tiempo:
Nombre de la Autora: Helen Krauze.    

Carlos Monsiváis, Sarita Montiel, Omar Torrijos, Roberto Cantoral, Josephine Baker, la Duquesa de Alba, Manolo Fábregas, Leonardo Nierman, hugo Argüelles, Elena Poniatowska, Lupe Marín, María Elena Marqués, Antoni Tápies, Emilio Portes Gil, Linda Christian, Teddy Stauffer, Pedro Freideberg y muchos personajes más, entablan con la periodista Helen Krauze, a lo largo de medio siglo, estas charlas frescas, genuinas y abiertas, que los sitúan en nuestro tiempo.



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Información de la autora:



Helen Krauze llegó de Polonia a México a los 7 años. Realizó sus estudios en la Academia Maddox, para diplomarse posteriormente en Literatura Inglesa por parte de la Universidad de Cambridge. Inicia su carrera periodística en los diarios Novedades y El Heraldo de México, además de colaborar en diversas revistas. Durante más de 8 años participó en radio y especialmente en televisión. Ha pertenecido a diversas asociaciones periodísticas entre estas la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras AMMPE), de la cual es actualmente vicepresidenta honoraria. Ha recibido infinidad de premios, entre ellos, la medalla Magdalena Mondragón y cada quinquenio del Club Primera Plana.
Dentro de los géneros periodísticos, la entrevista, que es lo que más me gusta y he utilizado, me dio la oportunidad de conocer gente interesante, y su importancia radica en que quienes entrevistamos somos el contacto directo entre el personaje y el lector, manifestó Helen Krauze al presentar anoche su libro “Pláticas en el tiempo”.
Se trata de un texto con el que la periodista festeja 50 años de trayectoria, en el cual reúne 89 entrevistas breves a personajes como Carlos Monsiváis, Sarita Montiel, Josephine Baker, Manolo Fábregas, Hugo Argüelles, Elena Poniatowska, Emilio Portes Gil, Teddy Stauffer, Chabuca Granda y Pedro Freideberg.
En el acto celebrado en el Centro Cultural Donceles 66, la autora explicó que se trata de una recopilación de sus conversaciones con figuras de la medicina, la política, al cultura y el medio artístico.
Como si se tratará de un viaje a través del tiempo, Helen Krauze comparte su vocación por compartir el conocimiento, transmitir e informar, todo ello a través de charlas frescas, genuinas y abiertas, que contextualizan el pasado y el presente de México.
De a cuerdo con Krauze, su vocación que pronto se convirtió en pasión fue casualidad, “aunque mis amigas metafísicas dirían que fue causalidad, y es que Daniel Dueñas, quien en los años 60, siendo editor del periódico Novedades, me abrió las puertas del periodismo”.
En entrevista con Notimex, Krauze recordó también, que ella llegó a las oficinas del periódico antes citado, con un boletín del Comité Central de Israelitas de México (CCI), el cual informaba sobre las becas que ofrecía esta institución.
Desde entonces, señaló, “me gustaba escribir los boletines, por eso fui a presentárselo, y la sorpresa fue que ese mismo día Dueñas me dijo que si me gustaría colaborar para el periódico.
“Entonces recordé lo que decía mi abuela: en el periódico hay que salir dos veces en la vida, cuando naces y cuando te mueres, y yo dije voy a escribir en el periódico, por lo que dije sí señor, acepto esta oportunidad”.
Posteriormente, Daniel Dueñas me preguntó que si admiraba a alguien, prosiguió Krauze, y le dije que si, en ese entonces yo admiraba a la esposa del primer embajador de Israel en México, quien era una mujer que en los actos sociales siempre acudía elegantísima, con pieles, sombreros y guantes finísimos, pero que por las mañanas vestía pantalones, sweter y se iba la UNAM a estudiar psicología.
“A partir de aquel momento, me involucre con el periodismo y si fue una casualidad que se volvió pronto pasión porque esta vocación me ha dado grandes satisfacciones, entre ellas querer siempre saber más sobre alguien, y a donde voy siempre hago alguna entrevista”.
En la presentación de “Pláticas en el tiempo”, Helen Krauze estuvo acompañada de Daniel Dueñas, Carlos Flores Marini y Agustín Barrios Gómez, quienes se mostraron satisfechos por los esta publicación a la cual ven como un trabajo de largo alcance.
Al respecto, señaló Dueñas “lo que tiene un libro de un periodista, es que reúne cosas que ya pasaron si, y que muchas veces se pierden también pero yo digo que el periodismo es nacer y morir para renacer al día siguiente, de ahí la capacidad de asombro que generen los textos, y las entrevistas de Helen brindan esa capacidad de asombro, que te hace revivir”.
Para el lector, aseguró, “cada una de estas entrevistas no es más que una sorpresa tras otra pero al mismo tiempo es un dato histórico, son 50 años de casualidades y en cada una de ellas va a encontrar algo sobre aquel tiempo y eso es el periodismo”.
“Helen es una mujer preparada, internacional, que habla idiomas, viaja estas características son las que la hacen ser una gran periodista y lo cual se ve reflejado en cada uno de sus textos”, concluyó el también periodista.
Helen Krauze, originaria de Bialystok (Ciudad Blanca), Polonia, ha ejercido el periodismo desde 1959, primero en el periódico Novedades y también en el The News.
Desde entonces y hasta la fecha publica sus artículos en distintas medios impresos además de colaborar en varias revistas.
En 1967 se incorpora al reconocido grupo Veinte mujeres y un hombre, fundado por doña Hylda Pino Desandoval, precursor en el periodismo femenino, el cual entrevistó a cientos de grandes personalidades como políticos, intelectuales, premios Nobel, escritores, diplomáticos, entre otras disciplinas.
Su trabajo ha sido reconocido con el Premio de los Voceadores de México (1967); la Medalla Magdalena Mondragón (1989, por 25 años en el periodismo nacional); además del premio Raíces de Ampretur por 50 años de notable ejercicio profesional.
Ha sido invitada por los gobiernos para visitar distintos países como la India, Hong Kong, España, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Francia, Rusia, Israel, Panamá, Chile y Argentina, los cuales han quedado perpetuados en su libro “Viajera que vas” (1997).
Información obtenida en:
http://entretenimiento.terra.com/cultura/comparte-helen-krauze-con-los-lectores-sus-platicas-en-el-tiempo,65077a506b2e1310VgnVCM20000099f154d0RCRD.html.  
http://www.mexicomigrante.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=12299:comparte-helen-krauze-con-los-lectores-sus-platicas-en-el-tiempo&catid=55:personajes-y-hechos&Itemid=185.  
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=599970.  
http://www.uniradionoticias.com/noticias/articulo69509.html.

Redacción / El Sol de México. 
Helen Krauze
Helen Krauze
Ciudad de México.- En el Centro Cultural Donceles 66, Helen Krauze, miembro de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM), presentó “Pláticas del tiempo”, un libro que muestra una recopilación de entrevistas donde convergen personalidades del ámbito de la política, la medicina, la cultura, los espectáculos y la cinematografía.
En su intervención, la autora señaló que dentro de los géneros periodísticos la entrevista es la que más le gusta y ha utilizado, porque le dio la oportunidad de conocer gente interesante. “Su importancia radica en que quienes entrevistamos somos el contacto directo entre el personaje y el lector”. En declaraciones a distintos medios recordó que en los años sesenta fue al periódico Novedades para presentar el boletín del Comité Central de Israelitas de México (CCI). Ahí se encontró con Daniel Dueñas, director del diario, quien la invitó a trabajar y sin dudarlo aceptó.
A partir de entonces ha dedicado su vida al periodismo, entrevistando a grandes personajes que han marcado la historia de México y hoy reúne a 89 en el manuscrito, como Carlos Monsiváis, Sarita Montiel, Josephine Baker, Manolo Fábregas, Hugo Argüelles, Elena Poniatowska, Emilio Portes Gil, Teddy Stauffer, Chabuca Granda y Pedro Freideberg.
En la presentación la autora estuvo acompañada por Daniel Dueñas, Carlos Flores Marini y Agustín Barrios Gómez, quienes expresaron su admiración por Helen, que celebra cincuenta años de carrera periodística con la publicación.
Sobre la obra, Dueñas opinó que lo que tiene un libro de un periodista es que reúne cosas que ya pasaron y que muchas veces se pierden. “Yo digo que el periodismo es nacer y morir para renacer al día siguiente, de ahí la capacidad de asombro que generen los textos; las entrevistas de Helen brindan esa capacidad de asombro, que te hace revivir”.
Aseguró que cada una de las entrevistas “no es más que una sorpresa tras otra, pero al mismo tiempo es un dato histórico; son 50 años de casualidades y en cada una de ellas va a encontrar algo sobre aquel tiempo y eso es el periodismo”.
Añadió que “Helen es una mujer preparada, internacional, que habla idiomas, viaja; estas características son las que la hacen ser una gran periodista y lo cual se ve reflejado en cada uno de sus textos”.
Información obtenida en: http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n2198873.htm.  








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