Carlos Paul
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de abril de 2013, p. 5
Miércoles 10 de abril de 2013, p. 5
Luego de más de 10 años, el dramaturgo y novelista Hugo Hiriart vuelve a la dirección teatral con el montaje de El rey Lear, de William Shakespeare, la cual será estrenada el viernes 12 en el foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario.
Se trata de una adaptación contemporánea que Hiriart realiza con la finalidad de concentrar el tema y la trama de esa obra del dramaturgo inglés.
“Antonin Artaud dijo alguna vez que cada época tiene su canon y sus obras maestras; en ese sentido, lo que corresponde a una obra maestra de la época isabelina, no es nuestro canon. El rey Lear dura más de cuatro horas, si se monta tal cual fue escrita. Ahora los tiempos han cambiado mucho, la vida es mucho más rápida y el cine y la televisión nos han impuesto y acostumbrado a una velocidad mucho mayor para apreciar las cosas”, explica el escritor a La Jornada.
Lo primero, detalla, fue dejar la obra para ser puesta en escena, en alrededor de hora y media.
Elimine los discursos.
La historia gira en torno al rey Lear, de Bretaña, quien debido a su vejez decide repartir su reino entre sus hijas Goneril, Regan y Cordelia. Lo divide en partes, de acuerdo con el amor que cada una le profesa.
La codicia y el egoísmo de Goneril y Regan es mayor que el amor hacia su padre, a quien le dicen lo que éste quiere oír, no lo que ellas sienten. Cada una se lleva una parte del reino. Cordelia, la menor y aún soltera, aunque pretendida tanto por el duque de Borgoña como por el rey de Francia, es parca en palabras pero llena de sentimientos nobles.
El rey Lear al creer que su discurso es pobre la repudia y deshereda, reparte su trozo de reino entre las otras dos hermanas y decide entregarla a cualquiera de los dos pretendientes que la quisiera, pero sin dote.
Incomprensión entre generaciones
La ingratitud filial, la vejez y la locura son temas que se entretejen y desarrollan en esa historia.
Germán Jaramillo en el papel del rey LearFoto María Meléndrez Parada
Una traducción común de Shakespeare no sirve para la escena, dice Hiriart.
La escena necesita un tipo especial de traducción, es decir, que lo dicho por los personajes suene como hablan todas las personas y no como cosa antigua, rara o verbosa, sino con la concisión del habla común.
Por ello,
junto con algunos alumnos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, hicimos una traducción en verso libre, adecuada a nuestro tiempo, que conserva la esencia shakespereana, comenta Hiriart.
Para el creador escénico, si bien el El rey Lear habla sobre la incomprensión entre generaciones, el tema central es la vejez.
Todos somos el rey Lear. Todos envejecemos. La cuestión es que el desamparo aparece cuando, por la edad, declinan las fuerzas de una persona y también declina su poder, su capacidad de acción y el poder que podría tener para defenderse de los demás, y con esa decadencia el viejo queda indefenso en manos de los otros.
En segundo lugar,
es una obra acerca del poder, el poder en la familia, en el trabajo, en la sociedad, porque el poder nos aferra en todos los órdenes.
Al final de cuentas, El rey Lear, concluye,
es una tragedia absolutamente desoladora.
Con esta obra de Shakespeare, Hugo Hiriart vuelve
a sentir el mismo placer. Me encanta. Ya lo extrañaba. El teatro es una fuerte adicción, reconoce.
Con las actuaciones de Germán Jaramillo, Fabiana Perzábal, Sonia Franco, Frida Castañeda, Tomás Rojas, Álvaro Guerrero, Úrsula Pruneda, Francisco Mena, Israel Islas, Erwin Veytia, José Carlos Rodríguez, Guillermo Guioto y Roberto Ríos, entre otros, El rey Lear, de Shakespeare, se estrena el viernes 12, a las 20 horas, en el foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).