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Hasta el viernes pasado, Pedro Ramírez Vázquez fue a la oficina; incluso el lunes, cuando estaba hospitalizado, terminó de revisar su nuevo libro de urbanismo, Piezas de cristal.

Ayer en el sepelio del arquitecto, su hija Olga Ramírez Campuzano dijo que esa actitud de compromiso, trabajo y servicio fue el mayor legado:

“Toda su vida trabajó; decía que la arquitectura es una disciplina de servicio. En eso creía: servir, servir, a tu comunidad, a tu ciudad, a tu país”.

A su vez, Javier Ramírez Campuzano, quien como su padre se dedicó a la arquitectura y fue su discípulo, recordó que el también arquitecto Legorreta a menudo decía: “Pedro descansa haciendo adobes”.

Desde la noche del martes a la funeraria donde se llevó a cabo el sepelio del arquitecto mexicano, fallecido a los 94 años, acudieron funcionarios de la cultura, arquitectos, académicos y amigos del arquitecto.

Tras una misa a las 13 horas, en el Panteón Español tuvo lugar la cremación. En la noche hubo otra misa en la iglesia de la Santa Cruz del Pedregal. Las cenizas serán llevadas esta semana a la Basílica de Guadalupe, donde se encuentran las de su esposa Olga, quien murió hace 14 años.

Ayer en la funeraria estaban sus cuatro hijos y algunos de los 14 nietos y 12 bisnietos; en primera fila, en su silla de ruedas y ayudado por un respirador, estaba el arquitecto René Martínez Ostos, el mejor amigo de Ramírez Vázquez: “A Pedro lo conocí cuando entramos a la preparatoria en 1935, así que figúrate todos los años que vivimos juntos. Era padrino de mis hijos, yo era padrino de sus hijos. Las dos esposas eran íntimas amigas, Gloria y Olga; seguimos siendo amigos de toda la vida. Lo veía casi diario, hace como ocho días que lo vi. Me dejó su sapiencia y todo el cariño del mundo”, contó Martínez Ostos.

Maestro y discípulo

No es fácil detallar en unos minutos cuáles fueron las enseñanzas de su padre, sin embargo Javier evocó:

“Sólo quiso ser arquitecto y llegó a ser Pedro Ramírez Vázquez; fundó una Universidad -la Autónoma Metropolitana-, organizó unos juegos Olímpicos; era un humanista bárbaro: él presidió el comité prodefensa de la minoría judía en la Unión Soviética. De no practicar deporte, hizo unas Olimpiadas, las oficinas del Comité Olímpico Internacional en Suiza, el Museo Olímpico en Suiza”.

Eran varios los proyectos en que continuaba trabajando Ramírez Vázquez; su hijo habló, por ejemplo, de un teatro para Silvia Pinal, la ampliación del edificio de la Cámara de Diputados -diseño que ya está terminado, que integrará el parque Guadalupe Victoria, que tendrá un subterráneo y revitalizará muchos espacios de esa zona del Centro de la ciudad de México, y que ahora está en manos de los diputados.

Silvia Pinal fue una de las personas que ayer acudió a la funeraria. Al llegar dijo a los medios: “Es una gran pérdida, fue un gran amigo muy recordado. Fue una amistad de hace muchísimo tiempo, estuvo asociado conmigo en una línea de belleza, me diseñó el perfume, me diseñó las mascadas. Era un genio, realizó proyectos en muchas partes del mundo”. La actriz anunció que en 2014 se iniciará la construcción del teatro que estará en Mixcoac, donde estuvo el Colegio Madrid.

En el sepelio también estuvieron arquitectos como Carlos Flores Marini y Sara Topelson; el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez; Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente Carlos Salinas. Entre decenas de arreglos florales, a nombre de instituciones de cultura, como Conaculta, INAH e INBA, se podían ver también algunos enviados por los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle; y de Coahuila, Rubén Moreira. Antes de las 13 horas fue entregado uno cuyo remitente era Elba Esther Gordillo.

Una forma de arquitectura

Olga Ramírez recordó que uno de sus hijos decía que Pedro Ramírez Vázquez “lograba que los mexicanos se sintieran orgullosos de ser mexicanos” al visitar los edificios de su autoría.

Creador de inmuebles que reconocen todos los mexicanos y millones de extranjeros, como el Museo Nacional de Antropología, el Estadio Azteca y la nueva Basílica de la Virgen de Guadalupe, Ramírez Vázquez creó su obra en una etapa en la cual se reafirmaba un proyecto de nación, cuando al país lo gobernaba el PRI.

Para el arquitecto Carlos Flores Marini, Ramírez Vázquez desarrolló su obra en “un momento en que la identidad mexicana requería de un soporte muy importante y yo creo que la actividad cultural del presidente (Adolfo) López Matos fue fundamental, eso le permitió a Ramírez Vázquez proyectar el que hasta la fecha es uno de los grandes museos del mundo, el de Antropología”.

Flores Marini dijo que él “tuvo la fortuna que la familia tenía una amistad muy cercana con López Mateos y eso le permitió hacer obras fundamentales”. Destacó que Ramírez Vázquez fue el último exponente de una corriente de arquitectos que se apoyó en las artes plásticas, que trabajó con los escultores y pintores, quienes complementaban la obra.

Sara Topelson coincidió en que uno de los aportes más valiosos de Ramírez Vázquez “es que siempre buscó la belleza, belleza en la ciudad, en la arquitectura, en el entorno”.

Relevo

¿Y cuál es el legado para las nuevas generaciones? EL UNIVERSAL entrevistó vía telefónica a Mauricio Rocha, joven arquitecto quien contó cómo durante el régimen priísta se dio cierta sucesión de “arquitectos oficiales”, Mario Pani, Ramírez Vázquez y, en algunos momentos, Teodoro González de León.

“En ese contexto, Ramírez Vázquez lo hizo de manera espléndida; el Museo de Antropología, las escuelas, la Ruta de la Amistad, todo eso lo pone en un lugar importantísimo en la historia. Hoy estamos en una transición. Tenemos que aprender del pasado el lograr buenos proyectos a nivel gubernamental, federal, de calidad, que estaban muy bien acomodados a un sistema político, caduco hoy. Estamos en una etapa donde la democratización es fundamental, donde los concursos son esenciales y donde cada vez menos debe ser una arquitectura de dedazo. Fue un gran gestor, muy bueno armando equipos en general y representante de una arquitectura de calidad, siempre en relación con el poder”.

El homenaje nacional se realizará el 16 de mayo en el Museo Nacional de Antropología e incluirá una exposición. En 2014 habrá en el Museo de Arte Moderno una retrospectiva

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/cultura/71593.html
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