Popular Post

Posted by : Unknown miércoles, 17 de abril de 2013



Julio Cortázar no ha dejado de crecer. En junio de este año se celebran los cincuenta años de la aparición de su innovadora novela “Rayuela”, publicada en junio de 1963.

Cortázar sufría una extraña enfermedad que parecía inventada por  él mismo: acromegalia. Y él la sobrellevó en sus sesenta y nueve años de vida: Nunca dejó de crecer. Cada año crecía tres centímetros. Su gigantismo físico coincidía con la desmesura de su corazón y su imaginación. Sin duda, un cuentista excepcional. Cada vez releo Casa tomada, Axololt o Carta a una señorita en París, para sumergirme en ese mundo que solo Cortázar pudo contar a su manera. Y vuelvo sobre Rayuela, una novela que está escrita con el pulso y el impulso de sus vísceras, para no seguir hablando de esa zona imprecisa y vaga que es el alma.

Cortázar se elevaba en lo cotidiano y nos entregaba otra dimensión de lo real, en el que son puntuales los azares y las causalidades. Fue sensible a los fenómenos sociales y políticos del continente y fue una conciencia despierta y activa ante los derechos humanos y la suerte de sus contemporáneos, bajo regímenes políticos que amenazaban con la libertad de expresión y con la vida misma.

Cuando veo sobrevivir a sus amigos más cercanos, pienso qué pensaría Cortázar del mundo que hoy vivimos, cada vez más autista, alienado, despreocupado por el destino de la humanidad en el umbral de nuevas amenazas nucleares, un mundo donde el absurdo y la irracionalidad se volvieron formas aceptadas de la cotidianidad, y qué decir de los nuevos ciudadanos que deambulan por las ciudades del planeta, cada vez más invisibles, atrapados en sus soledades individuales.

Él concibió una tribu de hombres que llamó cronopios y famas, que tanto se parecen a las criaturas vertiginosas y locas de nuestro tiempo. El mundo es cada vez menos de cronopios, esos seres ajenos al tiempo, puros y de una inocencia capaz de espantar al más ingenuo de los niños.

Cortázar hablaba de purezas espantosas como la de la mirada de los peces y los pájaros. Una pureza que atravesaba la mirada sucia de los hombres, mamíferos incapaces de santidad ni legítima inocencia.

Creo que después de muerto, a Julio Cortázar le siguen creciendo los cabellos y las uñas de sus sueños. Pero también sus historias siguen creciendo entre sus lectores.



UNA CRIATURA PERDURABLE

“Ningún  otro  escritor  dio  al  juego  la  dignidad  literaria  que  Cortázar,  ni  hizo  del  juego  un instrumento  de  creación  y  exploración  artística  tan  dúctil  y  provechoso.  La  obra  de  Cortázar abrió puertas inéditas.”

Mario Vargas Llosa



“Si  no  hay  una  voluntad  de  lenguaje  en  una  novela  en  América  Latina,  para  mí  esa  novela  no  existe.  Yo  creo  que  la  hay  en  Cortázar,  que  para  mí  es  casi  un  Bolívar  de  la  literatura latinoamericana. Es un hombre que nos ha liberado, que nos ha dicho que se puede hacer todo.”

Carlos Fuentes



“Prosa  hecha  de  aire,  sin  peso  ni  cuerpo  pero  que  sopla  con  ímpetu  y  levanta  en  nuestras mentes  bandadas  de  imágenes  y  visiones,  vaso  comunicante  entre  los  ritmos  callejeros  de  la  ciudad y el soliloquio del poeta.”

Octavio Paz



“Cortázar es el mejor.”

Roberto Bolaño



“Cortázar  nos  ha  dejado  una  obra  tal  vez  inconclusa  pero  tan  bella  e  indestructible  como  su recuerdo”:

Gabriel García Márquez                      

Fuente:

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

- Copyright © Justa Revista Digital - Date A Live - Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -