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Posted by : Unknown miércoles, 24 de abril de 2013


Madrid vuelve a mostrar la vocación teatral del Nobel y académico Mario Vargas Llosa. El Teatro Español estrena el jueves 'La Chunga' con Juan Ollé como director y Aitana Sánchez-Gijón como protagonista. Ambos son ya cuerpo y alma de la obra dramática de Vargas Llosa tras haber subido a los escenarios 'La verdad de las mentiras', 'Odiseo y Penélope' y 'Las mil noches y una noches'.


En su discurso Elogio de la lectura y la ficción con el que recibió el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa no se olvidó del teatro. Recordó el Colegio San Miguel y el Teatro Variedades de su primera juventud donde vio subir al escenario una “obrita” escrita de su mano. “El teatro fue mi primer amor desde que, adolescente, vi en el Teatro Segura de Lima La muerte de un viajante de Arthur Miller, espectáculo que me dejó traspasado de emoción y me precipitó a escribir un drama con incas. Si en la Lima de los cincuenta hubiera habido un movimiento teatral habría sido dramaturgo antes que novelista”.

Igual de contundente y entregado a la escena se mostró cuando recordó su experiencia francesa en los años convulsos de Sartre y Camus, de Ionesco y Beckett, del descubrimiento de la obra de Brecht... Pero donde realmente desveló su agitación por las tablas fue recordando su experiencia como actor en España junto a Aitana Sánchez Gijón y el director Joan Ollé en títulos comoLa verdad de las mentiras (adaptación de un ensayo sobre sus lecturas preferidas y en las que se añadieron textos de Francisco Ayala, Faulkner, Onetti, Rulfo y Borges), Odiseo y Penélope (estrenada en el Festival de Mérida y en la que el propio autor encarnaba a Ulises) y Las mil noches y una noche (también con Aitana Sánchez-Gijón, esta vez cara a cara con Scheherezade).

El próximo jueves, el Teatro Español vuelve a programar al autor de La ciudad y los perros. De nuevo serán Joan Ollé y Aitana Sánchez-Gijón -acompañados de un elenco integrado por Irene Escobar, Tomás Pozzi, Jorge Calvo, Rulo Pardo y Asier Etxeandía- quienes suban al escenario madrileño La ChungaEl drama, escrito en 1986, sitúa la acción a mediados de los años cuarenta en el viejo bar que regenta la protagonista. Allí, con cuatro amigos entregados a la bebida y al juego, se precipita un argumento en el que una joven desaparece. A partir de entonces, se van sucediendo comentarios y especulaciones para desbordar después la acción con numerosas imaginaciones. Vargas Llosa mezcla en esta obra realidad y fantasía abordando las pulsiones más profundas del ser humano, de lo que busca y anhela, y de la realidad que le rodea a través de una lúcida reflexión sobre la verdad y la mentira.

Los inconquistables

“Durante años -explica Vargas Llosa- la Chunga iba y volvía, y yo fantaseaba con ella historias que no llegaba a escribir porque algo les faltaba para sentir el personaje en su totalidad. Un día, en Londres, a mediados de los ochenta, se me ocurrió que su medio natural no era la novela sino un escenario teatral. Y, entonces, la vi. De inmediato, también sentí que debía rodearla de los inconquistables, esos vagos y jaranistas legendarios de mi infancia de Piura que atronaban las chicherías con sus guitarras y sus cantos”.

De todas las obras de teatro del Nobel La Chunga es la que más se ha representado. La estrenó en 1985 en Lima el grupo Ensayo dirigida por Luis Peirano con Delfina Paredes en el papel principal. En Madrid fue estrenada en el Teatro Espronceda en noviembre de 1987 con Nati Mistral en el papel de La Chunga y con Emma Suárez y José Sancho como Meche y Josefino.

Para Vargas Llosa, tal vez la explicación de esta supervivencia tenaz sea lo universal “de ese quehacer que puebla con imágenes delatoras el ocio de los cuatro inconquistables: recurrir a la fantasía para alcanzar a través de ella a esos escurridizos fantasmas sin los que no podríamos vivir y que, en la realidad, se nos esfuman cada vez que creemos tocarlos”.

El director de la versión que podremos ver en el Teatro Español a partir del jueves, Juan Ollé (Barcelona, 1955), considera que el valor de La chunga está en la verdad que respira: “La obra es de una gran actualidad y tiene etiqueta de clásica. Al margen de las otras adaptaciones es la primera vez que nos enfrentamos a un texto teatral de Vargas Llosa. Aquí no es un literato sino un autor en toda su dimensión, se muestra plentamente como un dramaturgo”.

Ollé hace hincapié en la sencillez de la puesta en escena. Quiere buscar su textura, los olores, la musicalidad de las frases... “Hablar de homosexualidad femenina en el lugar y la época en la que se escribió, descubrirnos un mundo de pobreza, de macarras, de caciques y de amores prohibidos requiere de una gran valentía”. En esos años, Vargas Llosa andaba fascinado por las relaciones entre la ficción y la vida. “Por esa magia -precisa- a la que recurren casi todos los hombres y mujeres para desagraviarse a sí mismos de sus fracasos y limitaciones”. Chéjov, Buñuel, Camus o Pirandello son algunos de los grandes escritores que Ollé ha llevado al escenario en obras como Tío VaniaEl ángel exterminadorEl malentendido o Seis personajes en busca de autor. “He intentado hacer el gran teatro del siglo XX pero la ventaja de trabajar con una obra de Vargas Llosa es que puedes llamarle por teléfono y consultarle cualquier cosa que se te ocurra”.

Así, el autor Mario Vargas Llosa siempre ha tenido claro una cosa: “En el teatro todo ocurre como en la vida, una sola y definitiva vez. No hay dos representaciones que sean idénticas”. Para el autor también de obras como La señorita de TacnaKathie y el hipopótamoEl loco de los balcones y Ojos bonitos, cuadros feos, en una novela las palabras lo son todo, en un escenario las palabras son sólo parte de la historia: “Además, importan el gesto, la entonación, los silencios, los movimientos... Una historia escrita tiene una permanencia, una estabilidad de las que un espectáculo teatral carece”. Tenga o no que ver, las sugerencias del teatro de Vargas Llosa nos trae a la memoria la frase de uno de los personajes de Mankiewicz en Eva al desnudo en el que clama contra ese “cuarto de marfil verde que es el teatro”.

Finalmente, volver a su Elogio de la lectura y la ficción, en el que el Nobel reconoció en su labor teatral una corriente siempre latente entre su abundante producción narrativa: “Mi amor por el teatro nunca cesó, dormitó acurrucado a la sombra de las novela. Entre novela y novela, entre ensayo y ensayo he reincidido varias veces”. También “reinciden” ahora el Teatro Español, Joan Ollé, Aitana Sánchez-Gijón y, por qué no, el director de Artes Escénicas del Ayuntamiento de Madrid Natalio Grueso, que prosigue con su intención de poner en pie toda su obra dramática a través del ciclo que ahora protagoniza La Chunga.




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